¿A quién le interesa la criptografía? Respuesta inesperada: a todos.
Por supuesto que la mayoría de la gente no está envuelta en redes de espionaje o cosas peores, pero dada la importancia de Internet, a todos nos interesa que nuestras comunicaciones con los bancos y otras instituciones sensibles no sean objeto de curiosidad malsana o de simple vandalismo.
Desde la época de los antiguos griegos, donde se hacía rasurar la cabeza de alguien para escribir allí un mensaje, esperar que le crezca el pelo y enviarlo hacia su objetivo, para volver a realizar la operación inversa (volver a raparlo y leer en su cabeza) ha transcurrido mucho tiempo, y las cosas se han acelerado una barbaridad. No obstante el problema principal: enviar un mensaje seguro, sigue siendo el mismo.
Simón Singh cuenta el largo proceso de los códigos y sus secretos; proceso que aún no ha terminado ya que no se ha encontrado la manera de encriptar un texto y que éste sea absolutamente irrompible.
De lectura amena, ideal para antes de irse a dormir… y soñar con angelitos que intercambian mensajes y nadie se entera.
Ficha Biblográfica:
Singh(1999), Simon Singh, "Los Códigos Secretos. El arte y la ciencia de la criptografía, desde el antiguo Egipto a la era de Internet”, Debate Editorial, Colecc. Pequeña gran historia, Madrid, marzo-2000. pp. 382, Tit.Orig: The Code Book
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