El autor que ha escrito varios libros sobre los recursos, en particular el petróleo, es un crítico acerbo de la política del actual gobierno de USA, y considera que si bien la última guerra de Irak ha tenido diversas causas, el petróleo ha sido una de ellas… y no la menor. En general, si rastreamos al Dr. Michael T. Klare por la Red nos encontraremos con su presencia en diversas páginas, tanto en inglés, como en español. Una de ellas que me llamó la atención está en http://www.jornada.unam.mx/2005/07/09/044a1eco.php
Actualmente el estudioso y el lector curioso (me considero parte de la segunda categoría) debe perfeccionar su método utilizando simultáneamente la documentación que brindan los libros publicados (incluyendo revistas especializadas y por supuesto los diarios) con lo que aparece en Internet. De esta forma el texto que se tiene entre manos cobra otra dimensión, más actual, y además se lo puede observar en profundidad, en relación con otros materiales publicados por el mismo autor, o por otros afines.
Una ojeada al Índice nos permite tener, desde el principio, un buen resumen de los temas tratados (el índice de un libro suele ser un excelente indicador, siempre y cuando el autor no haya titulado los capítulos de manera metafórica o extravagante). Vemos como el petróleo, y el gas natural, es el recurso principalmente estudiado, y cómo se sigue su rastro por diversas partes del mundo; algunas obvias, como el golfo Pérsico o la cuenca del mar Caspio, y otras no tanto, como el mar de la China Meridional (que seguro que dará que hablar en pocos años). También la mitad del libro se encarga de otros recursos importantes como el agua, los minerales y la madera de construcción junto con los conflictos de intereses a que dan lugar.
Si el lector lee habitualmente los diarios, se habrá dado ya cuenta que la situación actual es muy fluida en relaciones y alianzas nacionales. Y que la Unión Europea está seriamente preocupada por el gas que le llega de oriente (principalmente de Rusia). Sería ingenuo pretender que estas preocupaciones no tienen su lugar en los Estados Mayores de las grandes potencias. En un mundo temporariamente unipolar (es decir con el predominio total y absorbente de EEUU), se cuecen muchas cosas que serán conocidas de aquí a pocos lustros, y aunque nadie está en condiciones de prever el futuro, lo que si parece seguro es que poco de lo de hoy seguirá siendo igual. Un ejercicio de prospectiva política puede atraer a algunos y si Ud. tiene esos gustos… pues este libro le vendrá como anillo al dedo. Eso sí, una advertencia: el camino está empedrado de advertencias fallidas y de pronósticos poco realistas. No obstante hay afirmaciones sensatas que se mantienen por si mismas, y que por tanto, pase lo que pase… es seguro que algo pasará (y gordo). Estoy pensando, en este momento, en lo que el autor describe: “La estabilidad futura de la producción energética en la región del Caspio también está amenazada por el malestar y el descontento muy difundidos entre los nuevos Estados independientes de aquella zona. Hasta época bien reciente gobernaba en estos países la nomenklatura soviética, una elíte burocrática muy hábil para perpetuarse a sí misma, y educada en la lealtad y sumisión a la primacía de los dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética. Cuando se hundió el sistema soviético, los jefes comunistas locales reconvertidos en caudillos nacionalistas tomaron las riendas del Gobierno y establecieron sus principados locales en base a un modelo autoritario de inspiración soviética. La mayoría de estos regímenes han abrazado en principio la economía de mercado y la democracia, o por lo menos algunos de sus atributos externos. Pero varios de ellos han recurrido a métodos autoritarios para retener el poder, conducta que les vale la desafección de muchos sectores de la sociedad” (pág.139). Una situación así es propicia para la reanudación del “Gran Juego”, como si hubiéramos vuelto de hoz y coz al siglo XIX; sólo que ahora en este juego no es Gran Bretaña uno de los contendientes, sino EEUU, Rusia, China, y otros países emergentes. Todo esto el lector curioso tiene interés en saberlo, para adivinar entre líneas en las noticias de los diarios, los ocultos movimientos de la eterna lucha por el poder y sus consecuencias. El observador carece de los datos más actuales que expliquen lo que lee, ya que no participa en la lucha en primera fila; pero ello no lo convierte en un observador pasivo o tonto. Lo que le falta de información inmediata puede suplirla, según sus conocimientos e inteligencia, por otros datos más profundos y por lo tanto estables. Y de esta forma adivinar, por como se abulta la alfombra y forma valles, hacia donde se mueven los grandes insectos y la posible trayectoria de colisión de éstos.
Dado que vivimos todos en el mismo planeta todo observador es, también, parte del juego. Aunque sólo fuese por ello, ya se justificaría que le dedicáramos un poco de nuestra atención.
Ficha Bibliográfica:
Klare(2001), Michael T. Klare, “Guerras por los recursos. El futuro escenario del conflicto global”, Urano, Tendencias, Barcelona, 2003, www.edicionesurano.com, pág. 345. Tit.Orig: “Resource Wars. The New Landscape of Global Conflict. Owl Books, Henry Holt and Company, N.York
1 comentario:
Muy interesante bitácora. Con respecto a la nota (intentaré buscar este libro), quisiera recomendar otro sobre el mismo tema, LA GRAN EMERGENCIA de James Howard Kunstler, ISBN: 978-84-95744-82-1
Creo que ante la crisis energética que se avecina, debemos despertar rápidamente porque como Ud. dice -...es seguro que algo pasará (y gordo)
http://www.barrabes.info/vistas/10.aspx?c=1&id=154
Muchas gracias
Sergio.
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