

Dos libros más, que espero comentar pronto
El tema es por supuesto interesante, y tenemos a un joven notario envuelto en lances muy peligrosos que no desea pero que no puede evitar. Lo que más me atrajo fue el aspecto sociológico e histórico (“Nicolas Bouvier desempeñaba muy serio el papel de sumillet, y tan pronto como un vaso se quedaba vacío, lo llenaba con vino de Borgoña. Los platos eran solemnemente llevados por Guillaume y depositados en línea recta en el centro de la mesa. Una vez bendecida la mesa, se sirvieron dos sopas, seguidas de cuatro entradas constituidas por carnes asadas de formas diferentes, cada una presentada con una salsa de diferente color. Los invitados se servían con los dedos, y sólo el señor y la señora Fronsac utilizaban cubiertos italianos. Los comensales se enjugaban en aguamaniles los dedos sucios y coloreados por las salsas, o simplemente se los limpiaban en la ropa.” (pág.195)), amén de observar en directo al Cardenal Richelieu y a su seguidor en el poder, el también cardenal, Mazarino. La trama puede resultar algo confusa, pero gracias a un diccionario de Personajes Principales, al final, junto con otro breve apéndice para situarnos en las medidas usadas y el valor de las monedas y salarios, el que quiera seguirla puede hacerlo sin enredarse.
En suma, una buena novela para los amantes de la historia, y para aquellos nostálgicos que como yo, cuando releen los libros de Dumas, sienten una extraña emoción, similar a oír una vieja música o aspirar, en algún momento inesperado, un aroma hace años olvidado.
Ficha Bibliográfica:
Aillon(2005), Jean d’Aillon, “El misterio de la cámara azul”, Alianza Editorial, Traducido del francés por Carmen Torres París y Mª Dolores Torres París, Madrid, 2007, pág. 422. Tit.Orig: Le Mystère de la Chambre bleue, Editions Lattès, París, 2007.
Todo este prólogo tiene que ver con "La elegancia del erizo", una novela que leí con interés pero que a la postre me dejó insatisfecho. Y no lo digo por el final (que no pienso contar) sino más bien por la naturaleza de sus personajes cuyas personalidades son tan homogéneas que sus actuaciones recuerdan a una fábula más que a una novela de las que estoy acostumbrado. Me entero que Muriel Barbery, francesa, 1969, es profesora de filosofía, autora de otra novela exitosa (traducida a doce lenguas) y que ésta, ahora citada, ha superado los 250.000 ejemplares vendidos. Para colmo se está preparando una versión cinematográfica (que no tengo, y me adelanto, ningún interés en ver); o sea que la autora no necesita de nuestra consideración particular porque le va muy bien en el mundo literario y económico… pero, no obstante, como decía al principio siento muchos reparos en juzgar alegremente y luego dar carpetazo al tema. Es poco verosímil, creo, encontrarse con una portera que lee a Husserl y además sea capaz de llegar a una conclusión sobre este filósofo (lo digo con cierta envidia porque yo no he podido hacerlo), si le agregamos una niña en la edad de la pubertad que puede dialogar de igual a igual con el psicoanalista de su madre (una mujer de muy buena posición) y para colmo establecer un acuerdo de no-interferencia con el susodicho, ello linda con la ciencia ficción. El tercer personaje importante de esta historia es un japonés que parece el sabio de la montaña y que además ha hecho mucho dinero (una combinación posible y sin embargo lamentablemente poco frecuente ) y, en fin, la trama que reúne a estas personas y a otras, digamos, secundarias tiene bastante de extraña, cosa que en si mismo no sería desagradable (leemos novelas la mayor parte de las veces para abrir una ventana en nuestro mundo cotidiano), si fuera mínimamente creíble. Por otra parte, debo destacarlo, sus diálogos son muy inteligentes y el humor de sus análisis es refinado, como cabe, por supuesto, a un autor de esta parte del mundo; "En el capítulo cinematográfico, por el contrario, mi eclecticismo alcanza cotas insospechadas. Me gustan las películas comerciales americanas y las obras del cine de autor. De hecho, durante mucho tiempo consumí preferentemente cine de entretenimiento americano o inglés, con excepción de algunas obras serias que yo consideraba con mi mirada pronta a pasarlo todo por el tamiz de la estética, esa mirada pasional y empática que sólo se codea con el entretenimiento. Greenaway suscita en mi admiración, interés y bostezos, mientras que lloro cual magdalena esponjosa cada vez que Melly Mammy suben la escalera de los Butler tras la muerte de Bonnie Blue, y considero Blade Runner una obra maestra de la distracción de primera categoría. Durante mucho tiempo, he estimado una fatalidad que el séptimo arte fuera bello, poderoso y soporífero y que el cine de entretenimiento fuera fútil, divertido y abrumador" (pág.74)
De todos modos soy consciente que otra persona, sobre todo si fuera del otro sexo (no "género" como estúpidamente se ha puesto de moda por estos lados), encontraría en este libro cosas que yo no he sabido ver ni sentir. Así que me decidí a incluirlo en este blog que tiene por norma no comentar aquellos libros que me hayan desagradado.
Ficha Bibliográfica:
Barbery(2006), Muriel Barbery, "La elegancia del erizo", Seix Barral, Biblioteca Formentor, Barcelona, septiembre 2007, www.seix-barral.es, pág. 364. Tit.Orig: L'élégance du hérisson, Editions Gallimard, 2006.
"En Europa" se refiere a un viaje que hizo por Europa en 1999, en realidad una suma de viajes, pagado por un importante diario holandés, para recorrer todos los lugares que fueron importantes en algún momento del siglo XX, o donde sucedieron cosas significativas y que por diferentes razones apenas las recordamos. Así podemos leer sus impresiones sobre Barcelona, Paris, Berlín, Viena, Varsovia, Moscú, Volvogrado (Stalingrado), Chernobil, Sarajevo… y muchas otras ciudades visitadas buscando las huellas que aun quedan y charlando con aquellos que recuerdan anécdotas del pasado.
No es un libro de viajes, a pesar de que el autor viaja por todos los rincones de la vieja y la nueva Europa; no es un libro de sociología, aunque está muy bien documentado sobre los hechos que menciona y sus hipótesis o interpretaciones son siempre sugerentes, incluso provocativas. No es un libro de historia, pese a que describe cuidadosamente muchos hechos conocidos que van desde la primera guerra mundial hasta la matanza de Srebrenica, donde los militares holandeses, bajo la bandera de las Naciones Unidas, tuvieron tan triste papel. Tampoco es un resumen o compendio de los principales sucesos del siglo ya transcurrido. El autor se ha gastado muy bien el dinero que su diario le otorgó; ha hecho una travesía por el espacio y simultáneamente por el tiempo. Ha unido lo que se puede ver recorriendo Europa y lo que se puede entrever si se tienen los conocimientos suficientes para ello. Podría ser definido, y me arriesgo a ello, como un tratado de filosofía política ilustrado. Una reflexión pausada sobre el poder y los mitos políticos del siglo XX; sobre la crueldad de las ideologías y sobre el dolor de victimas y sus torturadores, que tras algunos años se convierten a su vez en víctimas sucediéndose en los papeles. Los grandes errores y los grandes horrores combinándose entre sí; y el deseo de una vida mejor, más próspera y tranquila, provocando su opuesto sin que nadie sepa bien como "pudo suceder" lo que aconteció a continuación.
En mil páginas no se puede contar toda la historia Europea, pero si se pueden mostrar algunas singularidades y modificaciones de la opinión pública que aunque previsibles no dejan de asombrarnos en nuestra creencia ingenua en la fidelidad de la memoria: "Finalizada la Segunda Guerra Mundial se llevaron acabo, con notable éxito toda suerte de campañas de relaciones públicas. Los austriacos pasaron del papel de coautores entusiastas al de víctimas desafortunadas. Los cautelosos neerlandeses se erigieron de pronto en enérgicos héroes de la resistencia como si todos hubieran ocultado a una Ana Frank en su desván. Ahora bien, lo conseguido por los franceses raya en lo increíble. En Francia sólo se hablaba de la guerra en términos de gloria y triunfo, haciendo caso omiso de la derrota, el caos, el hambre, el desaliento y la colaboración." (pág. 633)
Esta clase de cosas sucedieron y sucederán. Sin ir más lejos en la España post franquista todo el mundo, sobre todo los políticos, había sido un duro luchador contra el fascismo y hasta los que en esa época eran poco más que bebés no se libraron de alguna experiencia traumática frente a la dictadura felizmente (y tranquilamente) acabada. Pero el libro no sólo trata de política, también toca temas populares y religiosos como, por ejemplo, las multitudes de Lourdes que en 1999 siguen siendo presentes como a principios del novecientos: "Al dia siguiente se celebra una gran procesión nocturna. En la vasta explanada ante la basílica se abre un abanico de miles de peregrinos, hombres con traje de domingo, mujeres vestidas con austeridad, ancianos asaltados por accesos de tos, niños con muletas, una imponente masa sin orden ni fin. Pero luego cae la noche, se forma el cortejo, todos echan a andar: cientos de hombres y mujeres en sillas de ruedas, velas en alto, labios musitando al compás del Ave María que resuena por los altavoces, tantas personas, algunas envueltas en mantas, otras con vendas, unas pocas cubiertas por las manchas del sida, un matrimonio tratando de mantener erguida la cabeza de su hijo paralítico: venga, mira a la Virgen. Aquí es donde estalla la desesperanza acumulada en la trastienda de Europa." (pág. 783)
Quizá se entienda porque me atrevo a calificar al texto como un tratado de filosofía política; no me refiero a esa clase de filosofía académica que aburre a todos los que no están interesados en el estrecho mundillo del teórico que la borda, si no al tipo de pensamiento que, trascendiendo la defensa de una ideología o punto de vista, se pregunta como es y que tienen de común las formas de convivencia en una zona tan amplia y tan dispar como la europea. Pero en vez de pensar en ello en el silencio de un gabinete forrado en madera y libros… lo hace viajando en una furgoneta y recorriendo miles de kilómetros, observando a la gente, tomando notas, charlando con los viejos y los jóvenes y también, como no, leyendo y releyendo aquellos libros que tratan de los sucesos que pasaron en esos lugares.
Sinceramente envidio la tarea que se impuso este escritor y periodista holandés. Probablemente no habría salido un libro que iguale al comentado, pero seguramente es una experiencia que cambia a cualquiera y que quizá debería imponerse, como parte del currículo necesario para ser considerado apto, a todos los legisladores de nuestro parlamento europeo. A lo mejor así tendríamos la sensación que la Unión Europea no es sólo una alianza política y económica sino que también se convierte en una experiencia de vida y valores compartidos.
Ficha Bibliográfica:
Mak(2003), Geert Mak, "En Europa. Un viaje a través del siglo XX", Destino, Colección Imago Mundi, 106, www.eddestino.es, Barcelona, noviembre 2006, pág.1024. Tit.Orig: Reizen door de twintigste eeuw
El comunismo se desvaneció en el aire de una manera casi mágica: como si sus sostenedores hubieran caído en coma por unos instantes, y luego, al recuperarse, volvieran a sus actividades cotidianas con una amnesia total. A veces uno tiene la impresión que la desaparición de la URSS fue un episodio lejano y por lo tanto desdeñable para cualquier análisis de actualidad. No ha habido ni autocrítica, ni “pedido de perdón” de ningún dirigente de los partidos comunistas occidentales; y los que ayer apoyaban sin fisuras al régimen soviético hoy se contentan con algún comentario trivial sobre que los gobernantes posteriores (el alcoholismo de Yeltsin o el autoritarismo de Putin); como si éstos hubieran surgido de la noche a la mañana de las alcantarillas en que se encontraban cuando existía el viejo régimen.
No deja de asombrarme que los mismos que exigen “pedir perdón” a la Iglesia española por su participación en el franquismo, por ejemplo, consideren que no tienen nada que decir por su participación en el sostenimiento moral de un régimen que fue no menos criminal que el nazismo derrotado en el 45. Incluso se hacen homenajes a viejos dirigentes comunistas que aceptaron por activa y por pasiva todos los horrores del estalinismo y de sus sucesores; que condenaron a los disidentes y que los vilipendiaron considerándoles peones pagados del imperialismo norteamericano.
Aunque sólo fuese para recuperar la memoria vale la pena leer este libro de un ajedrecista ruso que tratacon cariño, y con respeto, la figura y las anécdotas de los grandes maestros del ajedrez ruso y sus dificultades, casi siempre desconocidas, para sobrevivir en un régimen totalitario; o también como algunos se aprovecharon de este régimen para consolidar su prestigio profesional. Algo que si bien no es estrictamente culpable, por lo menos debe ser de conocimiento público y no sólo entre los aficionados al rey de los juegos (el único que ha sido practicado por millones de personas a través de los siglos y sigue encantando a los que se aproximan a él).
También Sosonko aventura una hipótesis de porque el ajedrez se ha desarrollado tanto en el siglo XX en Rusia (dado el carácter totalitario de la sociedad donde nada escapaba a su control, el ajedrez era de las pocas cosas que podían hacerse sin peligro de caer bajo la mirada acusadora del sistema). De ser cierta, cosa que requiere análisis más profundos, no dejaría de ser heroico que en circunstancias extremas la gente elija “romperse” la cabeza en un mundo puramente lúdico… antes que seguir las consignas del régimen y profundizar en las “verdades” que éste proclama. Algo que da esperanzas sobre la especie humana, capaz de soportar presiones demoledoras sin por eso anular su inteligencia. “Que era áspero, de lengua punzante…: bueno, mas ¿cómo podía no ser picante, cuando la vida soviética prácticamente lo había destruído? Pero en el fondo era un hombre sensible y muy sutil. Todos lo respetaban enormemente y no me sorprendió que fuera sobre Levenfish la primera pregunta que Bogatyrchuk me hiciera en Canadá, en 1967. Cuando respondí que Gregory Yakolevich había muerto hacía ya varios años, Bogatyrchuk dijo: “Qué lástima. Después de todo, nos entendíamos tan bien el uno al otro… Había muy poca gente como Levenfish. No puedo imaginarme que se dijera algo sobre él que no fuese bueno. Hizo una gran cosa por mí: cuando yo todavía era un niño, me consiguió un estipendio. En una palabra, un alma pura… pero también trágica. Fue un auténtico mártir del ajedrez.” “ (pág. 247)
Resumiendo, recomiendo el libro a los aficionados al ajedrez, y también a los aficionados al género humano… aquellos que creen, a pesar de los muchos episodios en contra, que las personas tenemos la capacidad de sortear las más duras presiones del ambiente desarrollando (de alguna forma imaginable) las potencialidades de nuestra especie.
Ficha Bibliográfica:
Sosonko(2001), Genna Sosonko, “Siluetas del ajedrez ruso”, Editorial Dancadrez, http://www.dancadrez.com/ Sevilla, 2007, pág. 254.
Nota: Esta editorial es nueva y está dirigida por el GM argentino Daniel Cámpora, http://es.wikipedia.org/wiki/Daniel_C%C3%A1mpora El libro comentado se basa en artículos publicados por el autor en la revista holandesa New In Chess, bajo el nombre común de “Russian Silhouettes”. Para conseguirlo sugiero o consultar a librerías especializadas en ajedrez o ponerse en contacto con la editorial. La dirección que he localizado es dcampora@telefonica.net y la incluyo aquí para comodidad de los lectores del blog.
Un dato de interés, que puede pasar desapercibido es la fecha en que se ha escrito esta tetralogía de novela policíaca. Los tres primeros libros, tienen el copyright de
Como no deseo develar el argumento, cosa que me parece de muy mal gusto tratándose de este género, pero a la vez estoy obligado a dar indicios ciertos de aquello en que fundo mis opiniones puede contar que en este libro muchas instituciones y países quedan algo tocados: La CIA, la Iglesia, la República Federal Alemana (que ya no existe, por cierto), Argentina, los nazis, los judíos, los católicos, los abogados, los policías, las potencias ocupantes, los palestinos… sin contar con organizaciones secretas que posteriormente fueron conocidas por el gran público, como Odessa o los escuadrones de la muerte judíos. En fin, que nadie se salva de aparecer en algún momento mostrando sus vergüenzas. Si además agrego que la trama sucede, en gran parte, en la Alemania y Austria de 1949 se comprenderá mejor porque hay tanta gente, tantos gobiernos y tantas instituciones implicadas.
El autor enhebra su ficción con hechos reales y con políticas que también existieron; aunque ahora no apetezca recordarlas en fiestas de aniversario. De esas cosas mejor no hablar (pareciera que se dicen entre sí los políticos y los estadistas de hoy), y sin embargo quizá fuera bueno conocer en detalle y en forma oficial que papel jugaron las diversas ideologías y países que destruyendo al nazismo liberaron a Europa de un futuro siniestro, para luego olvidarse, merced a la guerra fría, de los culpables de múltiples genocidios “-¿Eso incluye a criminales de guerra como Otto Ohlendorf?
–Incluye a todos los prisioneros. Yo sólo uno de los muchos, entre ellos los judíos, que creen que la purga política que nos han impuesto las autoridades de ocupación ha sido injusta en todos los sentidos, además de un fracaso estrepitoso. La persecución de los que llaman “fugitivos” debe terminar cuanto antes, y los que aún siguen presos deben ser liberados a fin de que podamos dejar atrás los tristes acontecimientos de una época desgraciada. Un grupo de abogados, líderes religiosos de la misma opinión y yo vamos a presentar una petición al Alto Comisionado americano con relación a los prisioneros de Landsberg. Y la obtención de pruebas que demuestren cualquier indicio de maltrato a los prisioneros constituye un paso fundamental…”(pág.62)
No se trata tanto de culpar o de avergonzar a nadie, sino de comprender y conocer mejor nuestra historia reciente. La verdad purga y sólo seremos un poco más humanos si empezamos por reconocer que el blanco y el negro no existen, en estado puro, en la historia.
Pero me he ido del tema, pido disculpas. La cosa es que esta novela da para muchas reflexiones, además de pasárnoslas bien mientras seguimos las desventuras de Herr Gunther, que no tiene a nadie en que confiar y que sólo puede valerse de su cabeza, y de su buena salud, para salir a flote en un mundo decidido a sacarlo de la circulación.
Si, además, sirve para que algún lector se interese por estos temas (hasta el momento semi desconocidos) ya me parece más que suficiente recomendarlo.
Ficha Bibliográfica:
Kerr(2006), Philip Kerr, “Unos por otros”, RBA, Serie Negra, www.rbalibros.com Barcelona, junio de 2007, pág. 350. Tit.Orig: The one from the other.
Lo mismo sucede en otras ciudades del antiguo Eje. Philip Kerr aprovecha para mostrarnos el ambiente de la Viena de esos días difíciles, y de paso nos cuenta como los vieneses se la compusieron para poner cara de inocentes, gracias al anschluss que les practicó Hitler, aunque también tuvieron su responsabilidad en los horrores del holocausto nazi. En cualquier caso no es una ciudad del agrado de nuestro personaje principal: “No hay nada que les guste más a los vieneses que estar en lugares “acogedores”. Tratan de recrear este ambiente cordial en bares y restaurantes, con el acompañamiento de un cuarteto de música formado por un contrabajo, un violín, un acordeón y una cítara, un extraño instrumento que se parece a una caja de bombones vacía con treinta o cuarenta cuerdas que se tañen como las de una guitarra. Para mí, esta combinación omnipresente encarna todo lo falso de Viena, igual que el sentimiento almibarado y la cortesía afectada. Me hacía sentir “acogido”, solo que se trataba de la clase de acogimiento que experimentarías una vez embalsamado, sellado dentro de un ataúd forrado de plomo y pulcramente depositado en uno de esos mausoleos de mármol que hay en el Cementerio Central” (pág.238)
Es en esta ciudad donde transcurre gran parte de la novela, y a la trama histórica-policíaca se agrega el interesante condimento del papel jugado por un alto jerarca nazi que existió realmente y cuya desaparición, en los últimos días de la guerra quedó en el misterio, ya que su cuerpo nunca fue localizado. Este hecho, tal como se cuenta al final del libro, ha sido objeto de numerosas especulaciones, incluyendo investigaciones del gobierno de EEUU, y aunque la versión de Kerr es pura ficción, resulta, no obstante, inquietantemente verosímil.
Con estos elementos hila Kerr su trama, y logra mantener la atención de aquellos lectores que sin sentirse apasionados por el género policíaco en cambio les atrae el histórico. Lo que se dice matar dos pájaros de un tiro. Algo que le sucede a menudo a Herr. Gunther en sus aventuras.
Ficha Bibliográfica:
Kerr(1991), Philip Kerr, “Réquiem alemán”, RBA, serie negra, www.rbalibros.com, Barcelona, junio de 2007, pág. 447. Tit.Orig:
En este libro Mankell nos cuenta la historia de un médico jubilado, retirado hace años de la profesión debido a un serio problema que tuvo en el ejercicio de ella y que vive en una isla del norte de Suecia semi aislado. Un hombre que decidió en un momento cortar amarras con su pasado y vivir en un presente perpetuo, hecho de rutinas sencillas y fenómenos atmosféricos siempre cíclicos. Sin embargo en un momento inesperado le empiezan a suceder cambios importantes y la novela nos muestra sus reacciones, a veces imprevisibles, frente a ellos.
Este libro no contiene muchos personajes. Cada uno tiene sus características definidas y no son sólo meros nombres que ilustran los diálogos; ninguno es una persona alegre, pero eso no es lo más importante. Todos nos parecen auténticos suecos, a veces enigmáticos y casi siempre enérgicos y autónomos. Personajes capaces de afrontar la soledad y que pueden romperse, si se hace extrema, sin pedir ayuda ni hablar demasiado. Toda novela está escrita con palabras, sin embargo, Mankell logra transmitirnos la sensación de los grandes silencios. Es un ambiente situado en el polo opuesto al talante mediterráneo; quizá por ello tenga un encanto especial para los que estamos de este lado. Nos trae el olor y los sonidos de un mundo extraño.
Leer libros como el comentado es equiparable perfectamente a viajar y a compartir la vida doméstica y los problemas de individuos muy diferentes a nosotros. Mankell abre una ventana por la que podemos mirar sin temor, aunque a veces encontremos que siendo tan distintos sin embargo no nos son radicalmente ajenos; hay un “aire de familia”, como diría Wittgenstein, sólo que en este caso se trata de la familia humana, tan diversa y a la vez tan idéntica.
¿A quién no le resuenan las reflexiones de este personaje de la novela?: “-A uno le hacen promesas sin cesar –prosiguió ella-. Nos hacemos promesas a nosotros mismos. Escuchamos las promesas de los demás. Los políticos nos hablan de una vida mejor para los que envejecen, de una sanidad donde nadie sufra en la espera. Los bancos nos prometen mejores intereses, los alimentos nos prometen mejor línea y las cremas nos garantizan una vejez con menos arrugas. La vida no consiste más que es navegar en nuestra pequeña embarcación cruzando un mar de promesas siempre cambiantes pero inagotables. ¿Cuántas de esas promesas recordamos? Olvidamos lo que queremos recordar y solemos recordar aquello de lo que más deseamos librarnos. Las promesas no cumplidas son como sombras que danzan a nuestro alrededor en el ocaso. Cuanto más me acerco a la vejez, más claras las veo….” (pág. 57)
Una última observación. Por favor, que el probable lector desprevenido no caiga en el error de leer la contratapa. Ese lugar donde la editorial nos hace una sucinta reseña del argumento con el fin, muy evidente, de invitarnos a comprar el libro. En este caso la redactó un enemigo del lector; alguien que puso por delante los fines crematísticos a la necesaria discreción para no arruinar la sorpresa inherente a la narración. ¿Verdad que sería criminal que una reseña de un libro policiaco se colocara en ella quien es el culpable desconocido? Pues algo así sucede con esta contratapa. Así que sugiero evitarla drásticamente para gozar mejor del libro. Si de mi dependiera echaría a patadas de la editorial a quien es capaz de confeccionar una contratapa tan desgraciada. Puede ser un buen vendedor, pero nada tiene que ver con el oficio de describir sin arruinar la futura lectura del texto.
Ficha Bibliográfica:
Mankell(2006), Henning Mankell, “Zapatos italianos”, Tusquets Editores, Colección Andanzas, www.tusquetseditores.com Barcelona, noviembre 2007, pp. 370. Tit.Orig: Italienska skor, Leopard Förlag AB, Estocolmo.
Este documento resultará de valor para todos los especialistas y aficionados al tema, ya que proporciona un punto de vista muy cercano de la personalidad de Hitler al final de su vida y del entorno en el que se movía.
El libro está lleno de nombres muy conocidos y proporciona una visión de conjunto de las personalidades que influían en el Führer y como éste, a su vez, dominaba a todos con su tremenda y casi hipnótica personalidad: “Necesitaba tener siempre a su alrededor un auditorio que le estimulara. La aprobación, la devoción y la confianza ciega le reforzaban en sus convicciones. En las conversaciones, apreciaba de forma instintiva el comportamiento o el lucimiento personal de sus interlocutores, así como su capacidad de resistencia. Cuando se encontraba con alguien que le llevaba la contraria, inmediatamente pasaba al ataque y le cortaba la palabra sin darle tiempo a concluir su argumentación ni a expresarse. El interesado se encontraba amordazado y Hitler se las arreglaba para no dejarle abrir la boca soltándole largos monólogos en los que exponía sus ideas con todo detalle. Hitler tenía una forma muy especial de expresar su punto de vista. Como a menudo le constaba trabajo decir simplemente que no, intentaba convencer mediante un razonamiento lógico. Sus frases resultaban interminables y aburridas, pero la hábil dialéctica y la lógica aparente del discurso producían inevitablemente su efecto. El que había empezado oponiéndose se rendía y acaba admitiendo: “¡En el fondo tiene razón!””.(pág.67)
Lo que cuenta Freitag coincide plenamente con lo que he leído en otros autores serios y actuales sobre Hitler; pero no obstante, la descripción de su estilo de dirección, (encargando a diferentes organizaciones en forma paralela los mismos objetivos), junto con los aspectos sobresalientes de su personalidad (la gran memoria para los detalles técnicos y estadísticos unida a una auto confianza gigantesca) ofrece un vívido retrato de las tensiones y contradicciones que se vivían en la cúpula alemana cuando la derrota estaba al caer.
También resulta muy interesante las reacciones del Führer luego del atentado del 20 de julio de 1944, y como se implicó personalmente en la venganza posterior ejecutada sobre la alta oficialidad del Ejército de Tierra. Muchas cosas inexplicables de la última fase de la gran contienda bélica se explican mejor al conocer los detalles que en el libro se mencionan. “…Ello no impedía Hitler dispensar un trato glacial a los que le rodeaban. Le bastaba un gesto o una actitud, no necesitaba palabras. Conservo aún viva su imagen, con la espalda encorvada y la cabeza hundida entre los hombros, inclinado sobre la mesa donde se desplegaban los mapas pensando en silencio. Aquel hombre respiraba crueldad. Tenía el poder de decidir sobre la vida o la muerte de todos nosotros.” (pág.71)
Resumiendo: un libro para especialistas en estas cuestiones. En lo que respeta a los lectores no particularmente aficionados mejor abstenerse, ya que el texto les parecerá farragoso y lleno de datos aburridos mezclados con pinceladas dramáticas pero escasas (para lo que desea alguien que sabe poco del tema)
Ficha Bibliográfica:
Freytag(2005), Bernd Freytag von Loringhoven, “En el búnker con Hitler”, Crítica, www.ed-critica.es Madrid, 1ra. Reimpresión febrero 2007, pág. 175. Tit. Orig. Dans le bunker de Hitler, 23 juliet 1944-29 avril 1945.
Pero las circunstancias del Berlin de 1938 no eran las habituales; desde 1933 el régimen nazí se había establecido y a esta altura de su desarrollo ya se respiraban aires de guerra. Philip Kerr describe muy bien la incertidumbre de la población y el deseo mayoritario, a pesar de la propaganda del régimen, de no meterse en una nueva guerra. Herr Gunther es un detective duro y de personalidad sencilla; lo suyo es la tarea policial y no la política; pero no le apasionan los nazis y los observa con mucho recelo. A pesar de ello las circunstancias lo llevan a relacionarse con importantes jerarcas y a investigar una extraña trama donde lo puramente patológico es cada vez algo más difuso. Perseguir la justicia en un país totalitario puede ser una tarea paradójica; llena de incertidumbres y episodios inesperados.
La novela resulta interesante más que por la trama en si misma, por la situación en que sucede. De la mano del investigador tenemos oportunidad de conocer algunos jerarcas del régimen, y darnos una idea de sus costumbres y peculiaridades: “No era difícil entender por qué Streicher despertaba miedo. Aparte de su rango, que le daba bastante poder, el hombre tenía un cuerpo como el de un practicante de boxeo sin guantes. Sin apenas cuello, la cabeza calva, las orejas pequeñas, el mentón de aspecto sólido y unas cejas casi invisibles, Streicher era una versión suavizada de Benito Mussolini. Su evidente belicosidad ganaba aún mayor fuerza gracias a una enorme fusta de piel de rinoceronte que descansaba en la mesa delante de él, como una larga y negra serpiente.” (pág.194)
La habilidad del autor permite enhebrar una trama donde los hechos históricos se ajustan perfectamente con los de ficción; de esta manera podemos imaginar de forma creíble un Berlín cotidiano y a la vez siniestro. Un país dominado por el nazismo y a la vez convivir con gente normal que no ve con buenos ojos todo lo que está pasando y que trata de seguir su vida normal, esperando que en algún momento se disuelva el mal sueño.
Empezaré la tercera novela de la serie con interés. Esto es algo que aprecio, ya que tengo cierta tendencia a rechazar las novelas largas por que muchas veces estiran más de la cuenta argumentos poco sólidos.
Ficha Bibliográfica:
Kerr(1990), Philip Kerr, “Pálido criminal”, RBA, www.rbalibros.com, edición de bolsillo, Barcelona, junio de 2007, pág. 383. Tit.Orig:
Un libro muy curioso sobre un tema que no suele estar en nuestras reflexiones: la idea de lo sano y lo que hace daño a la salud (simplemente nos limitamos a aceptar lo que nos parece “de sentido común”). Como todas las cosas de este mundo esta idea fue variando con el tiempo, además de cambiar según los lugares. El autor (profesor de la Universidad de Paris y Director de la École des hautes études en sciences sociales) le de un repaso desde la Edad Media Europea hasta nuestros días globalizados.
¡Y ha cambiado mucho! lo cual permite predecir… que seguirá cambiando. Y hasta podría suceder que cosas, o acciones o atenciones que ahora nos parecen la mar de saludables, con las décadas vayan cambiando radicalmente. Por lo de pronto en la Edad Media las especies eran consideradas altamente saludables, y estaban siempre en la mesa del rico acompañado la comida después de los postres. Para el pobre, que no podía acceder al alto precio de éstas, quedaban los ajos y las cebollas, que también poseían virtudes apropiadas. “En el siglo XIII al menos un producto está dotado de cualidades similares [curativas y preventivas]. Por supuesto es mucho menos costoso porque es doméstico y de producción local: el ajo, “la especia fuerte de la gente pobre”, dice Platino. Un estimulante “bueno para la gente de trabajo”, consumo de villanos. Su presencia real es difícil de apreciar. Los relatos prácticamente no lo mencionan. En todo caso es seguro que se utilizaba en los barcos y en las galeras ibéricas, a finales del siglo XIII “de ajos y cebollas para protegerlos de la corrupción del aire del mar y de las aguas corrompidas”. Se le considera un producto preservador. Algunos testimonios dispersos de médicos medievales así lo confirman: “Para caminar acostumbraban comer cebollas y ajos.””Pág.45. Estos cambios no significan necesariamente que lo que era válido en una época no lo fuese en otra. Cualquiera que se de un paseo por una librería vegetariana o inclinada a los textos, tan de moda, de la vida sana, podrá ver como siguen recomendándose las viejas hortalizas. Y sin ir más lejos un servidor ha comprobado más de una vez las virtudes preventivas del ajo (ahora en píldoras, por supuesto); pero lo interesante no es tanto la sustancia que se aconseja, a veces muy peregrina, sino también las causas patológicas que se suponen. Era de sentido común en esa época, tal como lo indica la cita de arriba, precaverse contra el aire corrompido, es decir que olía mal. Se suponía que por el aire y el contacto personal venían la mayoría de nuestros achaques y sobre todo las pestes que habitualmente asolaban grandes territorios europeos. Como reza un texto del siglo XV: “Los cuerpos con los poros abiertos son los más propensos a sufrir la infección” (pág.66) y por lo tanto era preventivo abrigarse bien y cerrar a cal y a canto todas las ventanas, ya que el aire viciado interior no era considerado en si mismo peligroso.
También podían existir escuelas de medicina que coexistiendo fuesen contradictorias. Para los mismos males en un caso se aconsejaban grandes comilonas, y según quién diera el consejo, se prefería lo contrario: severas dietas.
Estas ideas sufren cambios revolucionarios en la Francia pre revolucionaria, y lo saludable indica ahora afrontar semidesnudos los vientos y las lluvias, fortaleciendo las “fibras” como se decía, ya que de ellas dependía nuestra salud y bienestar. Sin por supuesto olvidar las sangrías, un método que duró siglos y que, con seguridad, se llevó al otro mundo a un número considerable de gente razonablemente sana.
En esto de la salud somos muy caprichosos; el libro concluye con interesantes observaciones sobre nuestro mundo presente, y la aparición de nuevas enfermedades, algunas muy reales, y otras que jamás habrían sido calificadas de tales en los milenios que ha durado la humanidad. “Existen otros ejemplos de este control no declarado, que se ven fortalecidos por el incremento de la sensibilidad y por la extrema diversidad de malestares posibles: las asociaciones creadas recientemente en Estados Unidos contra el uso en público de perfume o contra la música de los radiocasetes, que exigen al Estado una implacable reglamentación de los olores y los ruidos…” (pág. 406)
Para el lector maduro el libro está lleno de interesantes observaciones y para el inmaduro de fascinantes absurdos. En todo caso un vistazo a ojo de águila, que es lo que propone el autor, a casi un milenio de opiniones sobre la salud y la enfermedad puede llevarnos a un sano equilibrio; situación paradójica ya que resulta difícil de explicar como se puede adquirir la seguridad de que tal equilibrio sea realmente “sano”.
Ficha Bibliográfica:
Vigarello(1993), Georges Vigarello, “Lo sano y lo malsano. Historia de las prácticas de la salud desde la Edad Media hasta nuestros días”, Abada Editores, Colección Historias de la Ciencia, www.abadaeditores.com Madrid, 2006, pág. 444. Tit.Orig: no figura. Éditions du Senil, 1993 y 1999
Bernie Gunther, detective privado, ex policía y antinazi discreto, se enfrenta a un complicado asunto que lo acepta por lo bien pagado que está. De esta manera llega a colisionar, sin desearlo, con algunos puntos sensibles del Tercer Reich, y esto no le provoca ningún bienestar, ni físico ni emocional: “Llevé el coche hasta casa sintiéndome como una úlcera en la boca de un ventrílocuo. Me dolía el camino que habían tomado las cosas. No pasa cada día que una de las más grandes estrellas de cine de Alemania se te lleve a la cama y luego te eche de una patada. Me gustaría haber tenido más tiempo para conocer bien aquel famoso cuerpo. Me sentía como el hombre que ha ganado un gran premio en la feria sólo para que le digan que todo ha sido un error. De cualquier modo, me dije, tendría que haber esperado algo así. Nada se parece tanto a una buscona como una mujer rica.” (pág.113)
El libro no es sólo una novela policíaca, su aspecto folletinesco es sólo una capa de significados. Por arriba, o por abajo, hay otras; y éstas tienen que ver con la descripción de la vida cotidiana (muy bien documentada por el realismo de las descripciones) en un gran país asolado por un totalitarismo despiadado. Aparecen diversos personajes, algunos muy secundarios, que contribuyen a dar profundidad a la narración. Y si esto sucede en el primer volumen, ya me estoy preparando para saborear los próximos. Aprender así un poco más de historia es todo un sueño. Ojala existieran más autores capaces de conjuntar sus habilidades literarias con episodios históricos. Es verdad que en esta época han aparecido bastantes, pero la apuesta de Herr. Gunther me parece particularmente atractiva.
Nota: estas ediciones “de bolsillo” no tienen nada que ver con las antiguas, sobre todo la letra, que tiene un cuerpo razonable. Cosa que agradecen las personas de mi edad.
Ficha bibliográfica:
Kerr(1989), Philip Kerr, “Violetas de marzo”, RBA, colección de bolsillo, www.rbalibros.com Barcelona, 1ra. Edición de bolsillo, junio de 2007, pág. 383. Tit.Orig: Berlin Noir. March Violets
Por lo tanto iré mencionando aquellos que entran en mi biblioteca, a partir de hoy, aunque seguiré sin hacer comentarios de los que no me agradaron. Si el ocasional lector de este blog, al cabo de un tiempo prudente (digamos dos o tres semanas) no tiene noticias de un libro que consta aquí, puede preguntarme mi opinión tanto por mail, o (si es muy perezoso) dejando un comentario en el blog. Obviamente mi opinión no será favorable, pero si quiere conocer los “matices” por preguntar que no quede. En cualquier caso la respuesta la publicaré en el blog.
Hoy entraron en mi biblioteca los libros que muestran sus portadas (como ya sabeis, haciendo click en las imágenes se pueden ver en mayor tamaño)
Es un trabajo, como era de esperar, bien documentado. El autor reconoce que ha recibido ayuda e información de “la Sociedad Antroposófica, La Iglesia Universal y Triunfante, la Fundación Internacional Emisario, la Llama Eterna, la Gran Hermandad Blanca, el Centro Krishnamurti de Brockwood Park y la Sociedad Teosófica” (pág.12) amén de otras organizaciones oficiales y universitarias. Si consideramos que el “índice de nombres” de este texto fue preparado por Douglas Matthews, de la Biblioteca de Londres, se podría afirmar sin género de duda que el texto resulta de utilidad para introducirse en el tema o para consultas en caso de estar ya especializado en él. Su lectura nos permitirá conocer las ideas y las biografías de personajes famosos del esoterismo, como Madame Blavatsky, Gurdjieff, Ouspensky, Rudolph Steiner, Krishnamurti o Idries Shah. Leeremos un análisis crítico de ideas y hechos formulado desde el escepticismo, combinado con un sutil humor, y de las relaciones de tales ideas con autores británicos importantes, como Yeats, Shaw, Catherine Mansfield, Aldous Huxley, Isherwood, etc.
Sirva este fragmento como ejemplo: “A Huxley le impresionaba sobre todo el pacifismo basado en fuertes principios de muchos teosofistas. Nacido en 1894, pertenecía a la generación de jóvenes diezmados por la carnicería de la Primera Guerra Mundial, que tan profundamente marcó a quienes la sobrevivieron, incluso a los excluidos del servicio militar, como fue el caso de Huxley. Lo que más le preocupó después de la guerra fue la posibilidad de hacer algo práctico con respeto a la extensión del militarismo, que sólo podría contribuir a otro conflicto, posiblemente más sangriento. Esto tenía que ser más que predicar el pacificismo. La guerra, según le parecía a Huxley, no era un desafortunado incidente que tuviera lugar ocasionalmente y matara a los infortunados espectadores. Ni, como mucha gente piensa, la fuerzan sobre naciones que no la quieren los políticos inicuos o los hombres de negocios aprovechados (aunque éstos tienen buena parte de responsabilidad). Por el contrario, la guerra surge de los corazones de la gente corriente, que la consideran una característica esencial, inevitable y hasta deseable de la existencia humana…” (pág.300).
Así el autor muestra las conexiones y relaciones entre ideas, posturas políticas y problemas sociales que llevaron, a prestigiosos nombres de la literatura o de la política a creer que algunos personajes “espirituales” podrían aportar algo de valor al fondo colectivo de creencias aceptadas.
Sin embargo, no se piense que ésta sea una obra únicamente destinada a demoler las creencias del mundo tesófico; también aporta un estudio de ellas que arroja luz sobre cuestiones arduas. Cuestiones que no pueden ser resueltas de un plumazo o con una simple afirmación descalificadora: “La aproximación a la teosofía da el mayor interés a las discusiones que después de la guerra mantuvo obsesivamente Krishnamurti acerca de la naturaleza del tiempo. En todas sus conferencias públicas y en las charlas privadas, insistía una y otra vez en la importancia decisiva de vivir en el presente; no en el sentido de que debiéramos saborear únicamente el momento fugaz, sino de tal modo que no caigamos prisioneros del pasado. El gran objetivo de la vida de Krishnamurti fue la libertad espiritual y eso sólo se consigue aprendiendo a despojarse de todos los vínculos posesivos, sean cosas, personas o experiencias y deseos. Hay un sentido, creía él, en el cual el pasado no existe, salvo como ilusión, pero es una ilusión muy poderosa. A menos que escapemos de ella no hay posibilidad de desarrollar la visión interna espiritual, porque ésta depende de la clara percepción de las cosas como son, no como han sido o nos hubiera gustado que fueran” (pág.345).
La lectura y relectura de este libro me ha sido de gran utilidad. Es muy fácil pasar de una gran admiración al polo opuesto, y considerar que todo lo escrito en ese lado de la calle es, simplemente, un montón de galimatías inventadas por unos aprovechadores de la credulidad, siempre inagotable, de sus seguidores. Es evidente, que ha habido mucho de ello. Pero la realidad tiene más vueltas de lo que admite nuestra paciencia, capacidad de observación y estudio; por lo tanto se impone la matización acompañada del análisis objetivo de la información que nos consta. Como escribe un poco más adelante P.Washington, luego de revisar algunos aspectos relevantes y no siempre coherentes en la vida del citado gurú: “… Pero la manera de resolver estas contradicciones –y la manera de resolverlas el mismo Krishnamurti- es localizar la fuente espiritual dentro del individuo. Ésta ha sido la solución de los místicos de todas las épocas, desde los antiguos budistas y los cristianos medievales hasta Aldous Huxley, el amigo de Krishnamurti. Y lo es más significativo, también aparece en las doctrinas hindúes del Advaita Vedanta, que identifica el alma como un aspecto de esa realidad absoluta a la cual aspira. Krishnamurti repetía siempre que los individuos deben trazar su propio destino. Diciendo esto, resucitaba una antigua doctrina, como, según él, debía hacer la teosofía. Escuchando la voz de su yo profundo, es posible que Krishnamurti estuviera regresando al ascetismo de sus antepasados hindúes.” (pág. 348)
En síntesis, un texto serio que puede ayudar a los inclinados a estos temas, y que merece ser localizado aunque, no obstante, haya desaparecido temporalmente de los escaparates de las librerías y quedarse en el limbo de los libros que no son “de reciente aparición” hasta que algún editor avisado se decida a reencarnarlo en una nueva edición.
Ficha Bibliográfica:
Washington(1993), Peter Washington, “El mandril de Madame Blavatsky. Historia de la Teosofía y del Gurú occidental”, Ediciones Destino, Barcelona, 1ra. Edición, noviembre de 1995, pág. 500. Tit. Orig: Madam Blavatsky’s Baboon, Martin Secker and Warburg Limited, part of Reed Consumer Books Limited. Michelin House,