"En Europa" se refiere a un viaje que hizo por Europa en 1999, en realidad una suma de viajes, pagado por un importante diario holandés, para recorrer todos los lugares que fueron importantes en algún momento del siglo XX, o donde sucedieron cosas significativas y que por diferentes razones apenas las recordamos. Así podemos leer sus impresiones sobre Barcelona, Paris, Berlín, Viena, Varsovia, Moscú, Volvogrado (Stalingrado), Chernobil, Sarajevo… y muchas otras ciudades visitadas buscando las huellas que aun quedan y charlando con aquellos que recuerdan anécdotas del pasado.
No es un libro de viajes, a pesar de que el autor viaja por todos los rincones de la vieja y la nueva Europa; no es un libro de sociología, aunque está muy bien documentado sobre los hechos que menciona y sus hipótesis o interpretaciones son siempre sugerentes, incluso provocativas. No es un libro de historia, pese a que describe cuidadosamente muchos hechos conocidos que van desde la primera guerra mundial hasta la matanza de Srebrenica, donde los militares holandeses, bajo la bandera de las Naciones Unidas, tuvieron tan triste papel. Tampoco es un resumen o compendio de los principales sucesos del siglo ya transcurrido. El autor se ha gastado muy bien el dinero que su diario le otorgó; ha hecho una travesía por el espacio y simultáneamente por el tiempo. Ha unido lo que se puede ver recorriendo Europa y lo que se puede entrever si se tienen los conocimientos suficientes para ello. Podría ser definido, y me arriesgo a ello, como un tratado de filosofía política ilustrado. Una reflexión pausada sobre el poder y los mitos políticos del siglo XX; sobre la crueldad de las ideologías y sobre el dolor de victimas y sus torturadores, que tras algunos años se convierten a su vez en víctimas sucediéndose en los papeles. Los grandes errores y los grandes horrores combinándose entre sí; y el deseo de una vida mejor, más próspera y tranquila, provocando su opuesto sin que nadie sepa bien como "pudo suceder" lo que aconteció a continuación.
En mil páginas no se puede contar toda la historia Europea, pero si se pueden mostrar algunas singularidades y modificaciones de la opinión pública que aunque previsibles no dejan de asombrarnos en nuestra creencia ingenua en la fidelidad de la memoria: "Finalizada la Segunda Guerra Mundial se llevaron acabo, con notable éxito toda suerte de campañas de relaciones públicas. Los austriacos pasaron del papel de coautores entusiastas al de víctimas desafortunadas. Los cautelosos neerlandeses se erigieron de pronto en enérgicos héroes de la resistencia como si todos hubieran ocultado a una Ana Frank en su desván. Ahora bien, lo conseguido por los franceses raya en lo increíble. En Francia sólo se hablaba de la guerra en términos de gloria y triunfo, haciendo caso omiso de la derrota, el caos, el hambre, el desaliento y la colaboración." (pág. 633)
Esta clase de cosas sucedieron y sucederán. Sin ir más lejos en la España post franquista todo el mundo, sobre todo los políticos, había sido un duro luchador contra el fascismo y hasta los que en esa época eran poco más que bebés no se libraron de alguna experiencia traumática frente a la dictadura felizmente (y tranquilamente) acabada. Pero el libro no sólo trata de política, también toca temas populares y religiosos como, por ejemplo, las multitudes de Lourdes que en 1999 siguen siendo presentes como a principios del novecientos: "Al dia siguiente se celebra una gran procesión nocturna. En la vasta explanada ante la basílica se abre un abanico de miles de peregrinos, hombres con traje de domingo, mujeres vestidas con austeridad, ancianos asaltados por accesos de tos, niños con muletas, una imponente masa sin orden ni fin. Pero luego cae la noche, se forma el cortejo, todos echan a andar: cientos de hombres y mujeres en sillas de ruedas, velas en alto, labios musitando al compás del Ave María que resuena por los altavoces, tantas personas, algunas envueltas en mantas, otras con vendas, unas pocas cubiertas por las manchas del sida, un matrimonio tratando de mantener erguida la cabeza de su hijo paralítico: venga, mira a la Virgen. Aquí es donde estalla la desesperanza acumulada en la trastienda de Europa." (pág. 783)
Quizá se entienda porque me atrevo a calificar al texto como un tratado de filosofía política; no me refiero a esa clase de filosofía académica que aburre a todos los que no están interesados en el estrecho mundillo del teórico que la borda, si no al tipo de pensamiento que, trascendiendo la defensa de una ideología o punto de vista, se pregunta como es y que tienen de común las formas de convivencia en una zona tan amplia y tan dispar como la europea. Pero en vez de pensar en ello en el silencio de un gabinete forrado en madera y libros… lo hace viajando en una furgoneta y recorriendo miles de kilómetros, observando a la gente, tomando notas, charlando con los viejos y los jóvenes y también, como no, leyendo y releyendo aquellos libros que tratan de los sucesos que pasaron en esos lugares.
Sinceramente envidio la tarea que se impuso este escritor y periodista holandés. Probablemente no habría salido un libro que iguale al comentado, pero seguramente es una experiencia que cambia a cualquiera y que quizá debería imponerse, como parte del currículo necesario para ser considerado apto, a todos los legisladores de nuestro parlamento europeo. A lo mejor así tendríamos la sensación que la Unión Europea no es sólo una alianza política y económica sino que también se convierte en una experiencia de vida y valores compartidos.
Ficha Bibliográfica:
Mak(2003), Geert Mak, "En Europa. Un viaje a través del siglo XX", Destino, Colección Imago Mundi, 106, www.eddestino.es, Barcelona, noviembre 2006, pág.1024. Tit.Orig: Reizen door de twintigste eeuw
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