Un dato de interés, que puede pasar desapercibido es la fecha en que se ha escrito esta tetralogía de novela policíaca. Los tres primeros libros, tienen el copyright de
Como no deseo develar el argumento, cosa que me parece de muy mal gusto tratándose de este género, pero a la vez estoy obligado a dar indicios ciertos de aquello en que fundo mis opiniones puede contar que en este libro muchas instituciones y países quedan algo tocados: La CIA, la Iglesia, la República Federal Alemana (que ya no existe, por cierto), Argentina, los nazis, los judíos, los católicos, los abogados, los policías, las potencias ocupantes, los palestinos… sin contar con organizaciones secretas que posteriormente fueron conocidas por el gran público, como Odessa o los escuadrones de la muerte judíos. En fin, que nadie se salva de aparecer en algún momento mostrando sus vergüenzas. Si además agrego que la trama sucede, en gran parte, en la Alemania y Austria de 1949 se comprenderá mejor porque hay tanta gente, tantos gobiernos y tantas instituciones implicadas.
El autor enhebra su ficción con hechos reales y con políticas que también existieron; aunque ahora no apetezca recordarlas en fiestas de aniversario. De esas cosas mejor no hablar (pareciera que se dicen entre sí los políticos y los estadistas de hoy), y sin embargo quizá fuera bueno conocer en detalle y en forma oficial que papel jugaron las diversas ideologías y países que destruyendo al nazismo liberaron a Europa de un futuro siniestro, para luego olvidarse, merced a la guerra fría, de los culpables de múltiples genocidios “-¿Eso incluye a criminales de guerra como Otto Ohlendorf?
–Incluye a todos los prisioneros. Yo sólo uno de los muchos, entre ellos los judíos, que creen que la purga política que nos han impuesto las autoridades de ocupación ha sido injusta en todos los sentidos, además de un fracaso estrepitoso. La persecución de los que llaman “fugitivos” debe terminar cuanto antes, y los que aún siguen presos deben ser liberados a fin de que podamos dejar atrás los tristes acontecimientos de una época desgraciada. Un grupo de abogados, líderes religiosos de la misma opinión y yo vamos a presentar una petición al Alto Comisionado americano con relación a los prisioneros de Landsberg. Y la obtención de pruebas que demuestren cualquier indicio de maltrato a los prisioneros constituye un paso fundamental…”(pág.62)
No se trata tanto de culpar o de avergonzar a nadie, sino de comprender y conocer mejor nuestra historia reciente. La verdad purga y sólo seremos un poco más humanos si empezamos por reconocer que el blanco y el negro no existen, en estado puro, en la historia.
Pero me he ido del tema, pido disculpas. La cosa es que esta novela da para muchas reflexiones, además de pasárnoslas bien mientras seguimos las desventuras de Herr Gunther, que no tiene a nadie en que confiar y que sólo puede valerse de su cabeza, y de su buena salud, para salir a flote en un mundo decidido a sacarlo de la circulación.
Si, además, sirve para que algún lector se interese por estos temas (hasta el momento semi desconocidos) ya me parece más que suficiente recomendarlo.
Ficha Bibliográfica:
Kerr(2006), Philip Kerr, “Unos por otros”, RBA, Serie Negra, www.rbalibros.com Barcelona, junio de 2007, pág. 350. Tit.Orig: The one from the other.
No hay comentarios:
Publicar un comentario