“Todo lo que hay en SL, lo han construido sus residentes: casas, calles, cafés, bares, paisajes, herramientas, juegos, etc. SL ofrece muchos recursos para construir cosas dentro del juego (esto es, cuando tu avatar se mueve por SL) y programar los guiones de interacción, por ejemplo para conducir coches o helicópteros, jugar a cartas o tocar instrumentos musicales.
Los residentes poseen lo que han creado ellos mismos en SL. Es posible dar o vender las creaciones a cambio de capital virtual, Linden Dollars (L$), que se pueden canjear una y otra vez por dólares reales. De hecho, hay usuarios que se ganan la vida construyendo objetos en SL y comerciando con patrimonio real o, por ejemplo, con ropa” (pág. 18)
Dado que cada avatar hay que vestirlo el usuario puede utilizar la ropa ya existente desde el principio de su participación o comprarle algún modelito exclusivo que algún avatar de SL haya diseñado y puesto a la venta. Tal como suponemos, SL recrea el mundo real aunque introduce aspectos propios (el que todos los avatares pueden volar) que están definidos en sus reglas básicas.
Como a este servidor le atrae el futuro y el arte de avizorar lo que se nos viene encima (al igual que analizar el pasado donde están las semillas de lo que ahora vemos) no podía menos que atraerme un librito como éste, muy modesto en tamaño (y precio) que se puede llevarlo en el bolsillo y hojearlo cuando, por ejemplo, se viaja en metro (en vez de estos horribles diarios gratuitos que parece que terminarán sustituyendo a los diarios de verdad).
El texto no es ninguna maravilla y sólo describe como funcionan estos mundos virtuales y en particular el, hasta ahora, más conocido. Explica como suscribirse creando una cuenta y que es lo que uno se va a encontrar una vez que se ha abierto la puerta de este curioso juego.
Como libro introductorio me parece adecuado; además nos facilita saber de que va a aquellos que como yo no tenemos ni tiempo ni ganas para ponernos a crear “avatares” que discurran por esos mundos informáticos. En particular me parece que el ajedrez aporta más a nuestra mente que tales juegos, pero hay de todo en la viña del Señor y no seré yo quien ponga puertas al cielo.
Además es evidente que en pocos años tendremos varios SL donde elegir y probablemente situados en diferentes mundos virtuales. Llevado por la imaginación no me parece improbable que se pueda crear avatares en el antiguo Egipto o la Roma Imperial, o en otras épocas históricas u otros mundos de ciencia ficción. Diversión asegurada para los imaginativos y ¿por qué no? nuevas posibilidades de aprender sobre mundos simulados que recreen aspectos significativos de la realidad.
Me agradaría, por ejemplo, que se recreara en un mundo virtual la actual situación de muchos países que apenas sobreviven y que se parecen a proyectos mal configurados y condenados al fracaso. Quizá se pueda experimentar, gracias a estas complejas simulaciones, que clase de ayuda se les puede brindar para que, pese a la corrupción y el bandidaje crónico propio de estas zonas, pueda resultar provechosa y no se quede en las manos de los menos necesitados.
En fin, me contengo en mis predicciones porque todo llegará y según parece eso sucederá antes de lo esperado. Mientras tanto la lectura de esta mini introducción puede servir al lector inclinado a reflexiones prospectivas. De todos modos el libro no es teórico, sino práctico. Está encaminado a mostrar los primeros pasos de un usuario y a indicarle las dificultades iniciales con las que se encontrará. También puede ayudar al interesado la pequeña bibliografía del final con algunos webs claves para visitar.
Ficha bibliográfica:
Senges(2007), Max Senges, “Second life”, Editorial UOC, www.editorialuoc.com Barcelona, julio 2007, pág. 113, tamaño bolsillo. Nota: he mirado el web de la editorial y curiosamente no encontré este libro que comento, comprado en librería, en todo caso se puede consultar en la propia web como adquirirlo.
2 comentarios:
"En vez de estos horribles diarios gratuitos que parece que terminarán sustituyendo a los diarios de verdad."
¡Caramba! Qué carácter Don Brigantinus, ¿Y a usted qué le habrán hecho los humildes diarios gratuitos? No los lea y en paz. Le contaré un secreto: los grandes grupos de comunicación que editan los diarios "de verdad" son los mismos que editan los gratuitos. Así que tranquilo.
Los diarios gratuítos no me han hecho nada de malo. Incluso, cuando aparecieron me agradó la idea; además de pensar que así se leería mucho más.
Lo que objeto es, luego de haberlos leído durante un tiempo, la falta de calidad del material. El que sea gratuíto no significa que las empresas no ganan, de la misma manera que la televisión lo es y sin embargo resulta un buen negocio. El problema es que quieren ganar ofreciendo un producto de peor calidad que los diarios habituales.
La gratuidad no debe significar peor calidad. Estoy seguro que si se hiciera un diario gratuíto mejor que los diarios normales... ganaría más, aunque probablemente no al principio.
De todos modos ahora no los leo, y me quedo lo más tranquilo. Y si me preguntaran si estoy de acuerdo en que existan, por supuesto que respondería que sí. Que por malos que sean suponen un acicate para la prensa habitual (aunque ésta parece responder al desafío no aumentando su calidad sino regalando toda clase de juguetes)
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