miércoles, 25 de febrero de 2009
Sobre este blog
miércoles, 18 de febrero de 2009
Nuevos libros para leer



lunes, 16 de febrero de 2009
P. Preston. Franco "Caudillo de España"


Santos Juliá ha escrito que el trabajo de Paul Preston es “La más completa y la mejor escrita biografía de Franco” (véase contratapa de la edición 1994). Santos Juliá es un historiador erudito que bien podría llamarse una autoridad en lo que respecta a Manuel Azaña. Su opinión es para tener en cuenta. Mi caso está en el polo opuesto; además de no ser erudito en nada mis conocimientos sobre el Caudillo son mínimos, y además, están trufados de "lugares comunes" que mis modestas lecturas no han suprimido. Digamos, para resumir, que en esta cuestión "soy de infantería" y a nivel de "tropa". ¿Qué puedo decir, luego, de este extenso libro que no se haya ya discutido por tirios y troyanos? Sólo mi impresión personal; la cual imagino que partiendo de tan exangüe principio puede ser valiosa para quienes se encuentran en situación parecida.
El libro me resultó fascinante; se lee como una novela (quizá saltándose alguna página excesivamente precisa, documentada) y la imagen que nos ofrece del Generalísimo confirma nuestros prejuicios iniciales: "¡era un cabrón!". No obstante cualquier afirmación debe incluir sus matices, y en el caso de las figuras históricas importantes los matices son, en gran medida, la esencia de un personaje. Franco fue un dirigente hábil en el regate corto, e inteligente en su estrategia personal de ascenso social. Supo elegir amigos y también tratar adecuadamente a sus enemigos. Tuvo una época de valiente militar (sus años mozos en África) y resultó muy apreciado por sus subordinados y compañeros (cosa que, por ejemplo, no podría decirse de los generales soviéticos como Zhukov).
Franco pudo ser un general republicano enfrentándose con los facciosos y los falangistas; pudo ser si hubiera encontrado un manipulador de hombres más inteligente que él... pero
La parte más interesante del libro (siempre según mi parecer, con las limitaciones al principio señaladas) está en el período marcado por
Preston indica que Franco no entró en la guerra porque Hitler no cedió en sus pretensiones; aquí la suerte volvió a favorecerle. Pero Franco aprendió pronto lo que podía y no debía hacer, y supo sustraerse al magnético influjo del Führer cuando éste lo presionó ya a destiempo.
La figura de Franco es, si se me permite la comparación, shakesperiana. Podría formar parte de un drama renacentista donde la suerte y la astucia, junto con la traición y la inteligencia, juegan su papel en el ascenso y destrucción de los personajes principales. Esta comparación es aplicable sobe todo a la vida de Franco hasta 1951; tiempo en que consiguió nuevos padrinos para su cruzada personal. La "guerra fría" le vino como anillo al dedo, y después... se dedicó a administrar la gran finca española para sí y beneficio de su familia en primer lugar y de los viejos y nuevos camaradas, en segundo. Gradualmente Franco se transmutó de gran dictador en abuelo vigilante, garantía de un país estable. Esta historia posterior que también Preston la desarrolla, para mí carece del interés novelesco y humano de su primera parte; aunque para España fue simultáneamente de crecimiento económico y paralización intelectual y política.
Si el lector está dispuesto a aceptar esta visión del libro, tan superficial como mis conocimientos y pintoresca como mi manera de enfocar la cuestión, me doy por satisfecho.
Nota: en El Cajón de Watson, sobre todo en la etiqueta "España-GuerraCivil" hay suficiente material para ampliar lo aquí escrito.
Ficha Bibliográfica.
Preston(1993), Paul Preston, "Franco. 'Caudillo de España'" Grijalbo, Barcelona, 1ra. Edición abril 1994, 6ª reimpresión mayo 1998, pp. 1043. Tit. Orig: Franco. A Biography, HarperCollins Publishers, London 1993.
Preston(1993), Paul Preston, "Franco. 'Caudillo de España'". Debolsillo. Barcelona, 2da. edición marzo 2006. Traducción de Teresa Comprodón y Diana Falcón. Revisión Eva Rodríguez Halffter. Nueva Edición revisada y ampliada.
miércoles, 11 de febrero de 2009
A.Deaño. Introducción a la lógica formal

Hay épocas donde me disperso en distintas ramas del conocimiento, otras, como ahora, me concentro en un sólo tema:
La lógica gusta o no gusta; no creo que existan términos medios. Muchos la estudian por obligación en el secundario, como fue mi caso, y entonces, hace décadas, encontré que algo valioso e ignorado me estaba aguardando. Fue un caso de "amor a primera vista". Con los años me dediqué a otras cosas, no menos fascinantes, pero siempre mantuve el interés por esta materia, a la que leía para "desengrasarme" cuando estaba saturado de los asuntos del momento. Autores como Irving Copi (Introducción a la lógica. Eudeba, Buenos Aires (1965) se incorporaron a mi panteón particular de “amigos virtuales”, y Alfredo Deaño también, sólo que por ser mucho más tardío, mi memoria lo había olvidado. Conservo todavía un librito de "Lógica Matemática" de José Ferrater Mora y Hugues Leblanc, F.C.E, comprado y leído en 1970 que me sirvió de complemento a las clases de Gregorio Klimovski que tuve la gran suerte de participar (como estudiantes) en un curso de post grado. Así que mi relación con esta disciplina, siempre en un plano sencillo y elemental, me ha acompañado durante gran parte de mi vida. Uno de los últimos libros que compré hace tiempo fue "Razón, dulce razón" de T.Tymoczko y J.Henle, del cual hice un breve resumen en este blog, con el sano deseo de compartir mi alegría por su descubrimiento (aunque reconozco que es de difícil lectura si no se poseen ya algunos conocimientos de la materia).
Pues bien Si Ud. quiere iniciarse en la lógica o profundizar un poco más de las superficialidades que ofrece la enseñanza en estudios no universitarios, nada mejor que este libro. Con el valor añadido que está escrito en un castellano de primera clase, algo extraño en nuestro tiempo donde por predominar la literatura traducida estamos a merced de traductores no siempre competentes y casi nunca bien pagados. Esta situación lamentable se refleja en nuestro idioma, empobreciéndolo y llenándolo de tópicos, palabras manidas y falsos sinónimos; horror del cual participo, a veces, inconscientemente (no estaría demás avisar que si alguno lector comprensivo y benévolo advierte en mis entradas algo mal escrito me lo advierta en un comentario, públicamente, así no sólo me sirve a mí sino que contribuye a deshacer lo que torcido está).
Volviendo al tema, lo característico de este libro es que facilita la iniciación o la continúa un poco más allá. Como escribe, Carlos Solís en su Nota Preliminar: "Señalaba también que su libro no pretendía competir con otras obras introductorias, sino que quería ser más bien una propedéutica a ellas. Con esta fórmula modesta no indicaba que su libro fuese más elemental que otros manuales, sino que tenía un fin distinto. El suyo no era simplemente un manual de texto para alumnos de lógica, sino también una verdadera "introducción" propagandística ("en sentido etimológico") a la lógica para cualquier persona interesada. Para un curso de lógica casi cualquier manual es bueno, dado que las insuficiencias del texto, así como sus oscuridades, pueden subsanarse en clase. Lo realmente difícil es escribir un libro que alguien pueda leer, entender y disfrutar por cuenta propia, metiéndose también de lleno en los problemas filosóficos que la lógica suscita." (pág. 12).
Esta edición, ya antigua (ignoro si hay otras, pero una revisión por
Para quién quiera leer el prólogo del autor no tiene más que picar (o clickear, como le plazca) aquí.
Y termino con una cita del libro en que se demuestra como, incluso para ejemplificar el uso de la conectiva “o”, se puede ser un poco pícaro y alegrar la lectura del tema aparentemente más árido: "Se aprende ciencias ocultas estudiando la obra de los teósofos o leyendo a Althusser".
Ficha Bibliográfica:
Deaño(1974), Alfredo Deaño “Introducción a la lógica formal”. Alianza Editorial, Filosofía y Pensamiento, Madrid, 1999, pp. 427.