viernes, 9 de enero de 2009

Preston, Orwell, Silva y Larrsson














Sumergido en la lectura de estos libros, nuevos y viejos, no encuentro tiempo para hacer una reseña de ellos (y de otros que no menciono aquí pero que en algún momento hablaré de ellos, como el de Antonhy Beevor, sobre la Guerra Civil Española o el que tengo ya listo para comentar que es el de las memorias del inefable general Queipo de Llano). Si alguien está particularmente interesado que formule su pregunta en la sección "Comentarios".
Lo que sí puedo decir es que estos cuatro que aquí menciono son, cada uno en su materia, excelentes. De Lorenzo Silva había leído alguna de sus novelas, pero no ésta, que es un documento... novelado ya que trata de las terribles situaciones que vivieron los soldados españoles en la campaña de Marruecos, de 1921. Una guerra colonial tan estúpida que ahora hemos pasado página rápidamente para olvidarla, y que sin embargo tiene sus enseñanzas. Cómo en casi todos los casos la derrota es el mejor maestro.
El de George Orwell es una colección de escritos del famoso autor de "Rebelión en la Granja" y "1984". Todos dignos de leerse, aunque algo anticuados en sus reflexiones, como no podía ser menos.
El de Preston es un clásico que ahora me he metido seriamente con él, a ver si alcanzo a terminar sus mil y pico de páginas (incluyendo la bibliografía, que también siempre conviene darle un repaso). La figura del extinto dictador puede parecer anacrónica, y de hecho sí lo es, pero a mi me gustan las cosas que no están de moda... así que me parece un buen momento para leerlo.
El que sí es una novedad es el de Stieg Larsson, "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina". Los que han leído el primer tomo de esta esta serie denominada "Millennium" ya pueden imaginar a quién se refiere el autor. Una novela de éxito en las librerias que tengo el placer de leer porque me la regalaron para mi cumpleaños. Si no, habría esperado un tiempo, para que se enfriara un poco. Pero "a caballo regalado" no hay porque buscarle las cosquillas (me temo que el refrán no es exactamente así, no obstante me viene bien).

2 comentarios:

jaimemarlow dijo...

Tengo curiosidad por leer tu comentario de la biografía de Preston, espero que al final la pongas.

Lo leí hace años, cuando salió publicada en España, y me pareció que se le notaba en exceso su fobia al biografiado: aparte de describirlo como a alguien frío, sin entrañas, continuamente se refería a él como alguien torpe y mediocre en todos los aspectos, y eso no me cuadra con el hecho de que no solo se hiciera con el poder supremo en su bando (sin poder apoyarse en ninguna legitimidad tradicional y sin tener detrás ninguna formación política importante) , sino que conservara el poder casi cuarenta años.

Brigantinus dijo...

Lo estoy terminando y no bien llegue al final me pondré a la labor de dar mi impresión sobre esta obra. Tenlo por seguro.
Ahora, que ya llevo los dos tercios del libro, te puedo adelantar que me parece estupendo, muy completo y que rellena un montón de "huecos" que tenía sobre la figura de este personaje tan peculiar que fue Francisco Franco.
Tienes razón que a Preston no le cae nada bien (además él lo reconoce en el prólogo) pero justamente por eso es que tiene tanto interés para mi.
Franco me sorprende; ha sido mucho más inteligente de lo que pensaba (por lo menos de una inteligencia práctica y "emocional", no especulativa) y aunque Preston siempre atribuye sus éxitos a la casualidad, a la fortuna, a la incompetencia de sus enemigos, o a su tremenda egolatría... la verdad es que contando los hechos, puros y duros, uno no puede dejar de quedar admirado por la extraña psicología y praxis política del difunto dictador.
Digamos que Preston, siendo tan crítico con él, pero a la vez tan documentado, favorece mucho más su figura que todos los apologistas franquistas reunidos.
Que suerte tuvo, no lo dudo; que sus opositores cometieron graves errores... es indiscutible. Que tenía un ego gigantesco, está documentado. Pero un hombre capaz de cabrear sucesiva o simultáneamente a Hitler, Mussolini, Churchill, Stalin y Roosvelt... tiene algo, sin duda:-)
Por esto, ya en este adelanto de mi comentario, estoy empezando a pensar que Franco... ¡es mucho Franco!
Y conste, para que no quepa la menor duda, que no tengo ninguna simpatía por su régimen, por sus ideas, y por sus amigos. Pero su figura me parece tan interesante como la de los nombres de los otros dirigentes que acabo de mencionar, y paro aquí porque no terminé el libro y me falta aún que Preston me cuente lo que pasó luego de 1945.
Así que tómalo como un adelanto.